Durante su hospitalización en la Clínica Foscal, el pequeño Alejandro aprendió a fabricar a ‘Forky’, que se ha convertido en un símbolo de apoyo en su proceso de recuperación.

Alejandro Vega Peña, es un niño bumangués de 6 años de edad que se enfrenta a una leucemia y a quien su deseo de estar activo durante su hospitalización, lo llevó a construir a ‘Forky’, la particular figura que se estrenó en la última película de Toy Story. 

Su encuentro con Forky se dio en el aula hospitalaria de Pediatría de la Clínica Foscal, donde su mamá, Ximena Peña Orjuela cuenta que recibía clases con la docente de la Fundación Hope, como parte de su proceso escolar. “La profesora le enseñó a realizar la figura con materiales reciclables y esta tarea le generó una gran motivación”, asegura. 

El niño hacia sus Forkys todos los días y se convirtió en una terapia ocupacional muy efectiva durante su hospitalización, “los hacía por su propia iniciativa y en un momento me dijo: ¡mami, ya tengo muchos y los quiero vender a mil pesos!, entonces empezamos a compartir el muñeco por WhatsApp entre familiares y amigos y nos sorprendimos cuando esto comenzó a crecer y recibíamos el apoyo de mucha gente”, recuerda entusiasmada la mamá del pequeño Alejandro. 

La actividad de fabricar a Forky lo mantiene muy activo, con buen estado de ánimo y dispuesto para recibir los tratamientos. “Alejandro fabrica 50 muñequitos al día con nuestra ayuda y todos se venden, con eso le compramos las cositas para su distracción y bienestar, pero realmente más que venderlos esto ha sido un gusto para nosotros, verlo motivado, el niño se siente muy bien y con el Forky transmitimos en familia este bonito mensaje de darle un sentido a la vida”, asegura la mamá.

Mientras Alejandro elabora sus muñecos, dice con voz alegre y entre sonrisas: “Forky es mi gran amigo, yo hago muchos al día, primero hay que cortar los pelos, le pegamos los ojos, las cejas y la boca, me gusta mucho hacerlos y que me compren muchos”.

Cuando la ciencia médica, la unión familiar y la compañía de los amigos consolidan una fuerza por la salud de un ser querido, el camino se llena de esperanza para alcanzar el objetivo y lograr que los sueños de este pequeño gigante se hagan realidad. “Gracias infinitamente a la Clínica Foscal por la esmerada atención, a los médicos por su esfuerzo y a todo el personal que se ha convertido en nuestra segunda familia, Dios los bendiga, nuestra fuerza está en él y gracias a todos los corazones que nos acompañan en este proceso”, dice la mamá del pequeño Alejandro, quien regresa a casa con su hijo y desde allí estará atenta en su número celular 310 2243778 a recibir los mensajes de las personas que quieran apoyar el trabajo de Alejandro, durante su periodo de recuperación.