Cuando un especialista confirma un diagnóstico de tumor cerebral y que su crecimiento va a comprometer sentidos como la movilidad, lenguaje e incluso poner en riesgo la vida, cambia la forma de percibir la existencia. Así le ocurrió a Robin Andrés Munévar.
Este paciente de 27 años, oriundo de Florián, Santander, sufrió una convulsión al levantarse para ir a trabajar como operario de maquinaria pesada y su diagnóstico luego de chequeos de rigor dio como resultado un tumor cerebral con estrecha relación a las áreas encargadas del lenguaje, movimiento y sensibilidad de la cara, mano derecha y campo visual.
“Este tipo de tumores pueden ser removidos mediante la técnica neuroquirúrgica de mapeo cerebral con paciente despierto, que consiste en abordar el tumor para extirparlo, protegiendo y vigilando las estructuras vecinas del cerebro, mientras el paciente bajo anestesia local, permanece despierto interactuando con el equipo médico, con el objetivo de poder valorar a cada instante su condición durante el realización de la cirugía”, explicó el médico Carlos Andrés Ferreira Prada, neurocirujano de la clínica FOSCAL.
Tras una cirugía que duró 5 horas y luego de 3 días de hospitalización, regresó a su casa completamente recuperado para después de un periodo de descanso, retornar a sus actividades laborales.
“Al principio da muchos nervios saber que se tiene un tumor cerebral y que lo van operar mientras uno se da cuenta de todo, pero la fortaleza me la dio Dios y la seguridad me la transmitió el doctor”, aseguró el paciente.
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Yo también tengo un tumor en nervio acústico izquierdo y la verdad tengo mucho miedo de tomar la decisión de operar.