Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan altos niveles de presión arterial de manera continua. El envejecimiento es un factor desencadenante de presión arterial alta.

La Clínica Foscal en conjunto con la Red Colombiana para la Prevención de las Enfermedades Cardiovasculares y Diabetes Recardi; desarrollaron en Colombia una jornada de tamizaje en 11 departamentos. Esta estrategia permitió obtener los datos de presión arterial y brindar asesoría en hábitos saludables a 22 mil 381 personas.

La información indica que la prevalencia de hipertensión arterial (HTA) por autoreporte en adultos jóvenes con promedio de 40.5 años de edad fue de 15.5%, siendo 79.1% con niveles leves, 16% moderados y 4.9% con registros severos de hipertensión arterial. Los indicadores demuestran que la prevalencia aumenta de acuerdo con la edad, alcanzando un registro de 38% en los individuos mayores de 50 años.

Los hombres presentan una mayor prevalencia de hipertensión. El estudio también evidenció que de las personas con la enfermedad que consumen actualmente medicamentos antihipertensivos, el 27% no la tienen controlada (presión arterial sistólica<140 mmHg). Además se observó que el 38,4% de la población sufre de sobrepeso; 12.7% de obesidad; 7.1% consume tabaco y el 11.9% ingiere alcohol de forma regular, siendo los hombres los más afectados.

La presión arterial permite que la sangre circule de manera correcta por los vasos sanguíneos y cumpla su función de llevar el oxígeno y los nutrientes para mantener el buen funcionamiento de los órganos del cuerpo humano.

La hipertensión arterial es una patología crónica. Requiere un cuidadoso tratamiento para evitar complicaciones graves como un ataque cardiaco; un accidente cerebrovascular; una insuficiencia cardiaca; enfermedad renal o muerte prematura.