El implante coclear es un dispositivo electrónico de alta tecnología capaz de sustituir la estimulación electroquímica que se produce en la cóclea cuando existe disfunción.
Está diseñado para lograr la percepción de los sonidos y la comprensión en niños, jóvenes y adultos con sordera severa o profunda y quienes se han visto limitados por los beneficios del audífono convencional, que solo tiene la capacidad de mejorar la comprensión del habla cuando hay perdidas auditivas de moderadas a severas.</p>
En los últimos 30 años se han llevado a cabo notables progresos en el campo de la investigación y el desarrollo de los implantes cocleares que hoy se diseñan para ofrecer la comprensión del habla en todo tipo de entornos sonoros, permitiendo así que el paciente tenga la capacidad de oír una variedad de sonidos de la vida diaria, desde las risas de los niños hasta los sonidos de la naturaleza.
Se han realizado 480 implantes cocleares en la Clínica FOSCAL.
En general, el implante coclear ayuda al paciente en la comprensión mejorada del habla, a escuchar la televisión, utilizar el teléfono y hacer parte activa de una conversación. En los niños permite la integración social y el desarrollo de sus aptitudes lingüísticas, al tiempo que crecen en confianza y con mayor independencia.
Sin embargo, los resultados pueden variar según la causa de la pérdida auditiva en razón a su duración y al compromiso del individuo y de quienes lo rodean en el proceso de rehabilitación para recibir y comprender las señales sonoras.
Surge entonces una pregunta, ¿Existe una edad ideal para realizar un implante coclear?, podría decirse que en niños, especialmente con sordera antes de adquirir el lenguaje, se recomienda hacer el implante entre los 12 y los 18 meses de edad, ya que la audición permite el desarrollo de las destrezas lingüísticas y ofrecerá al niño las mejores posibilidades para asistir al colegio y continuar con su desarrollo.
En el caso de los adultos, no hay un límite de edad para un implante coclear, aunque es fundamental realizar una evaluación psico-cognitiva previa a la tercera edad. Para tales candidatos, el principal beneficio del implante coclear es mantener su autonomía y la interacción social.
De otra parte, hay situaciones en las que no se indica el implante coclear, por ejemplo, cuando el nervio auditivo tiene un deterioro marcado o en su defecto no existe por malformación congénita de la cóclea o está osificado como secuela de meningitis. Así mismo cuando la condición de salud del paciente lo impide y no existe motivación individual ni familiar frente al procedimiento.
Otras situaciones en la que no se contempla el implante coclear es cuando se evidencia la funcionalidad del paciente con el audífono convencional con buenas habilidades de comprensión del habla.