Los avances del conocimiento al respecto de los distintos tipos de cáncer, han permitido conocer los pasos moleculares y genéticos que se generan en su crecimiento. Este conocimiento científico ha permitido desarrollar agentes dirigidos o biológicos, que actúan sobre puntos específicos claves para evitar el crecimiento tumorales.

Existen tumores con una dependencia extrema o definitiva de la acción de una determinada proteína o proceso biológico para su supervivencia. En estos casos, el uso de los agentes dirigidos contra estas proteínas van a permitir la interrupción completa del tumor.

Los fármacos que se utilizan como agentes dirigidos o biológicos tienen como objetivo primordial atacar de forma específica la biología del tumor. Se trata de conseguir una actividad más selectiva, además de efectos secundarios menores y mejor controlados. Hay diferentes fármacos que podemos usar dependiendo del tipo de molécula que debemos bloquear o neutralizar.

Estos medicamentos son la base de la medicina personalizada, que permite individualizar o diseñar a la medida los tratamientos, no solo por la localización tumoral sino por las características específicas, moleculares y genéticas de cada caso. Son fármacos muy activos y eficaces en distintos cánceres como el de mama, colon, tumores gástricos, entre otros.

La medicina de hoy permite predecir la evolución clínica del cáncer, seleccionar pacientes en función de su pronóstico y adecuar la selección terapéutica a una pauta racional, verificable e individualizada que significa el mejor tratamiento para cada caso en particular.

En los últimos 15 años de trabajo científico, el Centro de Cáncer y Enfermedades Hematológicas Virgilio Galvis Ramírez de la Clínica FOSCAL, más de 3 mil pacientes se han beneficiado con estos novedosos tratamientos para combatir el cáncer.